Con la llegada de la temporada ciclista 2025, muchos ciclistas deciden pasar por el laboratorio para hacer-se un chequeo físico. Estos chequeos se realizan con distintos objetivos, entre los cuales: detección y prevención de anomalías físicas, establecer umbrales y zonas de entrenamiento, comparar el estado de forma con otros momentos de la temporada, entre otros.
Aun que este tipo de pruebas se han realizado durante muchos años, actualmente, muchos investigadores cuestionan su utilidad, y fiabilidad.
Esto no quiere decir que las pruebas no se hagan correctamente, sino que en muchas ocasiones, se obtienen resultados / conclusiones, que no son trasladables al entrenamiento en el día a día del deportista.
A continuación se detallan algunas de las limitaciones más importantes que presentan las pruebas de laboratorio:
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Dependencia del protocolo y disciplina: Las pruebas de laboratorio varían significativamente según la disciplina (ciclismo o carrera), y es crucial que el protocolo se adapte a las condiciones reales del deporte. Por ejemplo, los protocolos de ciclismo y carrera no son intercambiables debido a los diferentes grupos musculares involucrados, y cada disciplina requiere su propio enfoque de medición.
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Interpretación del VO2max: El valor del VO2max depende de cómo se realiza la prueba, ya que factores como la duración e intensidad de los escalones afectan los resultados. Incluso en protocolos incrementales, el valor obtenido de VO2max puede no ser el máximo real del atleta. Existen alternativas, como las pruebas de verificación supramáximas, que pueden ofrecer un valor de VO2max más preciso.
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Momento de finalizar la prueba: No existe uniformidad sobre el momento ideal para terminar una prueba de esfuerzo, y los criterios varían. Factores como la percepción del esfuerzo o el pulso pueden llevar a una finalización prematura, y en pruebas de máximo esfuerzo es difícil asegurar que el resultado sea el límite real del atleta, debido a factores psicológicos.
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Diferencias entre laboratorio y campo: Las condiciones de laboratorio no reflejan las condiciones reales del entorno. Factores biomecánicos y ambientales en el laboratorio, como la temperatura o la humedad, influyen en los resultados, los cuales pueden diferir considerablemente al comparar esfuerzos en interiores con exteriores.
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Distinción entre los parámetros medidos y los aplicables en el entrenamiento: En el laboratorio, se utilizan parámetros (como el VO2 y el lactato) que necesitan ser traducidos a valores que el atleta pueda usar en el entrenamiento (vatios, ritmo, etc.). Sin embargo, esto puede llevar a sobreestimaciones y a parámetros que no reflejan el rendimiento en esfuerzos prolongados.
En conclusión, as pruebas de esfuerzo en laboratorio siguen siendo útiles, pero su efectividad depende de una correcta selección de protocolo y una interpretación crítica de los resultados. Además, estas pruebas se mantienen relevantes para la prevención de problemas cardíacos en deportistas.
Adaptación de: "Pruebas de esfuerzo en el laboratorio: ¿son realmente útiles para evaluar el rendimiento?". Artículo de Sebastian Sitko (Fissac)
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